jueves, 15 de septiembre de 2011

Tasio, Montxo Armendáriz, 1984


Título original: Tasio
Director: Montxo Armendáriz
Guión: Montxo Armendáriz & Marisa Ibarra
Fotografía:  José Luis Alcaine
Música: Ángel Illarramendi
Producción: Elías Querejeta P.C.
País: España
Año: 1984
Género: Drama
Duración: 95 min.
Reparto: Patxi Bisquert, Amaia Lasa, Isidro José Lozano, Nacho Martínez, José María Asín


Tasio vive en un pequeño pueblo navarro de la sierra de Urbasa, donde trabaja como carbonero. La vida cambia pero el monte sigue ahí, abrupto y hermoso. Así lo ha visto y lo ha sentido Tasio durante toda su vida. El bosque es el escenario de sus juegos infantiles, pero es también el lugar donde encuentra el sustento para su familia. Con catorce años se hace carbonero y, siendo adulto, a esta actividad añadirá la caza furtiva. A pesar de que es la época del éxodo rural, de la emigración a las ciudades en busca de un futuro mejor, Tasio prefiere quedarse y vivir en el monte, en la más absoluta soledad, con tal de salvaguardar su libertad. (FILMAFFINITY)


Pocas películas llegan a cumplir 25 años. En realidad todas las producciones acusan el paso del tiempo pero pocos llegan a ser motivo de celebración. Tasio (1984) se ha convertido en un clásico con derecho propio, una película que respira sencillez y hondura dramática.

El donostiarra Elías Querejeta confío en un joven navarro que estaba predestinado a escribir las páginas más mágicas del imaginario popular vasco y navarro. Sólo él podía confiar en un prometedor muchacho que empezó a hacer cortos en 1979, pero que aún no había realizado ningún largometraje. Armendariz se estrenó en el cine con un reputado productor que arriesgó como pocos durante el franquismo y en la transición española, el mismo que montó una factoría empresarial con sello propio. Querejeta, zorro viejo, ya había apostado posteriormente por realizadores como Carlos Saura.

Los Golfos fue el primer largometraje del realizador aragonés y la única película que pudo ser considerada moderna o contemporánea en la Europa de entonces. Sin un productor como Querejeta, la carrera de Saura hubiera sido mucho más errática. Juntos promovieron La caza, otra película considerada emblemática.


El tándem Querejeta-Armendariz funcionó a la perfección. Vieron en esa película la posibilidad de reproducir las maneras de vivir y el hablar del pueblo llano y la forma de retratar un paisaje frondoso y humeante que se regocija con sus habitantes. Un realismo profundo y sincero. Armendariz deja entrever en su ópera prima algunas de las características de su cine, pero sobre todo algunos de sus puntos fuertes: su especial sensibilidad con la mirada de los niños, su posicionamiento de izquierda en un territorio agazapado por curas y guardias civiles, y el peso del paisaje como elemento aglutinador.

¿Qué decir de Tasio, el eterno niño-hombre? O el "bestia, mala hierba" como le llama el cura del pueblo, incapaz de amaestrarle. Armendariz se siente especialmente cercano a la mirada limpia y directa de los niños, y así personifica al carbonero Tasio, un niño con carácter que quiere emprender su propio camino. En Secretos del corazón colmaría esas expectativas que se depositaron en su cine. En Tasio puso las primeras piedras, los primeros planos, que hoy día siguen siendo mágicos. Tasio tampoco sería lo mismo sin la fotografía de José Luis Alcaine o la maravillosa música de Angel Illarramendi que potencian ese ambiente oscuro y humeante de esa Navarra de hombres y mujeres forjados en el trabajo como instinto de supervivencia.


El franquisco y el cine Durante la república, era habitual el folclore y el cine aplicados a las personas del campo. Pero el régimen franquista abominaba el cine de folclore, entre otras cosas porque era de raíz republicana. Después de la transición algunos directores creían necesario ampliar el diálogo con las personas del campo y escuchar su sentir. Es lo que hizo hábilmente Armendariz en Tasio, recobrar la voz de miles de personas que no pudieron tener un destino propio y reivindicar sus emociones. Las protagonistas de Tasio son duros de roer, recios y fuertes, pero no ocultan sus deseos, aunque la libertad aún es una quimera. Tasio reclama la dignidad, el derecho de los jornaleros y de la gente que lucha cada día para llenar la boca de comida. Patxi Bisquert asume el rol de un hombre que sabe lo que no quiere ser ("no quiero trabajar de jornalero") pero que busca su personalidad en tiempos difíciles. Le acompañan Amaia Lasa, Isidro José Lozano, Nacho Martínez y José María Asín. Un reparto único para una película que deja huella.

Andoni Iturbe (Deia)

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