jueves, 20 de octubre de 2011

Casablanca, Michael Curtiz, 1942




Título original: Casablanca
Director: Michael Curtiz
Guión: Julius J. Epstein, Philip G. Epstein, Howard Koch (basado en una obra orginal de Murray Burnett y Joan Alison)
Fotografía: Arthur Edeson (B&W)
Música: Max Steiner
Producción: Warner Bros. Pictures | Productor: Hal B. Wallis
País: Estados Unidos
Año: 1942
Género: Drama romántico
Duración: 102 min.
Reparto: Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Paul Henreid, Claude Rains, Conrad Veidt, Sydney Greenstreet, Peter Lorre, Dooley Wilson, S. Z. Sakall, Madeleine LeBeau, Joy Page, John Quaien


Casablanca, una ciudad de fácil acceso pero casi imposible de abandonar, especialmente si tu nombre se encuentra en la lista de los hombres más perseguidos por los nazis. El principal objetivo de los invasores es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine, el propietario del "Rick's Café", un hombre que no arriesga su vida por nadie... excepto por Ilsa. Ambos encarnan a unos antiguos amantes que vuelven a unirse brevemente en el caos de la guerra. Cuando Ilsa se ofrece a cambio de un visado que consiga sacar a Laszlo del país, Rick deberá elegir entre su propia felicidad o el idealismo y las numerosas vidas que podrían salvarse.


Siempre nos quedará Casablanca

«Ilsa: ¿Puedo contarte una historia?
Rick: ¿Tiene un final feliz?
Ilsa: Aún no sé que final tendrá.
Rick: Tal vez se te ocurra mientras la vayas contando.»

Este film es uno de los mayores mitos de la historia del cine, y por supuesto no faltan opiniones para todos los gustos, desde aquellos que opinan que está excesivamente sobrevalorado hasta los que lo colocan en el altar de la mejor película de todos los tiempos, un calificativo que a mí particularmente me parecería exagerado fuese cual fuese la película a la que se aplica. Sin ser tan extremista como estos últimos, la considero como una obra maestra, y por cierto, volviéndola a ver me doy cuenta de que por lo que a mí respecta, la película no envejece con el tiempo, ya que no lo hace mi opinión sobre ella. ¿Qué entiendo yo por una obra maestra? Pues aparte de estar fenomenalmente realizada en todos los aspectos exclusivamente cinematográficos posibles, (empezando por el guión y dirección y acabando por cosas menos importantes como la fotografía o la música por ejemplo, pero que sin duda hay que tener en cuenta), tiene que tener un ingrediente más, y éste es extracinematográfico, por eso estas cosas son tan subjetivas a veces, y este aditivo especial es tan simple y a la vez tan complicado como que la película tiene que tocarme la fibra sensible, tiene que demostrarme, y desgraciadamente esto ocurre sólo muy de cuando en cuando, que todavía tengo sentimientos, cosa que a veces hasta dudo. Casablanca es una de esas películas que me llegan, me conmueven y consiguen extraerme unas lagrimitas (que para mal o para bien soy incapaz de mostrar en público, pero no así en la oscuridad de mi cuarto frente a mi pequeño televisor) y que me devuelven la humanidad que puedan quitarme, por ejemplo, los telediarios de cada día.


Como todas las demás escogidas para incluir dentro de este especial, la película se llevó el oscar (concretamente el de 1943, pues aunque el film se terminó de rodar en agosto del 42, su estreno no se produjo hasta el comienzo del año siguiente) venciendo a producciones como ¿Por quién doblan las campanas? (For Whom the Bell Tolls, Sam Wood, 1943), en la que también participaba Ingrid Bergman, El cielo puede esperar (Heaven Can Wait, Ernst Lubitsch, 1943) o La canción de Bernadette (The Song of Bernadette, Henry King, 1943), entre otras. Además se llevó las estatuillas correspondientes al mejor director para Michael Curtiz y al mejor guión adaptado (éste se basaba en la obra teatral inédita Everybody Comes to Rick´s de Murray Burnett y Joan Allison). La película de Curtiz obtuvo además varias nominaciones, tanto Humprey Bogart como Claude Rains optaron al premio al mejor actor y mejor actor secundario respectivamente, así como también el montaje, la fotografía en blanco y negro y la banda sonora (en drama o comedia) pudieron haber alcanzado las doradas figuras.

Desde luego todas las nominaciones me parecen justas, pero me gusta destacar la interpretación de Claude Rains, cuyo personaje me parece uno de los mejores papeles secundarios de la historia del cine: el corrupto, chaquetero y carente de escrúpulos prefecto de la policía Renault, que a pesar de lo exagerado del mismo, la comedida actuación de Rains le dota de una mayor credibilidad y de cierta simpatía ante el espectador. Es genial ese divertido diálogo en el que se ve obligado a cerrarle el local a Rick por Strasser, el oficial alemán:

«Rick: ¿Con qué derecho me cierra usted el local?
Renault: ¡Que escándalo!, ¡Que escándalo!, He descubierto que aquí se juega.
Croupier: Sus ganancias, señor. (Ofreciendo un manojo de billetes a Renault)
Renault: Muchas gracias. ¡Todo el mundo fuera!»

Pero este es solo una mínima muestra, Casablanca está repleta de buenos y fluidos diálogos que resultan creíbles, integrados en un perfecto guión en el que vemos retratados a unos personajes completamente reales que se enfrentan a complicados conflictos. Ilsa se debate entre dos amores: el de Rick es un impulso, es pura pasión, y por eso mismo aunque sea imposible e injusto para con Laszlo, es tan irrefrenable que no se puede oponer a ese sentimiento. El de Laszlo, ¿que decir del hombre al que ella idolatraba cuando sólo era una jovencita, que la ha inundado de ideales, al que ni siquiera soñaba con conocer, y que ahora es su esposo? Laszlo tendrá que cargar para siempre con la losa de una infidelidad que su esposa a la que ama por encima de todas las cosas (incluso por encima de la “resistencia”) no le confiesa, a pesar de la evidencia, y Rick, con una espina clavada en el corazón, que se enfrenta a una situación límite en la que sea cual sea la decisión que tome al final, siempre va a salir alguien perjudicado. ¿Qué problema se le plantearía a Rick en marcharse a Paris con Ilsa si Victor Laszlo fuese un indeseable? Pero no es el caso, en esta historia no hay ni buenos ni malos (salvo los alemanes, claro está), sino personas que se mueven por impulsos, y el personaje de Laszlo es tanto o más digno que Rick, aunque la decisión final de este último le eleve por encima de todo, pero es que en el fondo Rick, como le decía Renault, es un romántico.


Todavía es más sorprendente un guión tan bueno si se tiene en cuenta que aunque lo firmen tres personas, los hermanos Epstein y Howard Koch, hubo incluso más guionistas por detrás. Además, entre tantas versiones de las mismas escenas, Curtiz también metió mano todo lo que pudo eligiendo u obviando lo que mejor le parecía, e incluso discutió bastante con Koch acerca de la inclusión del flashback, y finalmente el director se salió con la suya. El guión se iba construyendo según se iba rodando la película, e incluso los guionistas hicieron un chiste sobre esto con el obvio diálogo que encabeza estas líneas, y se barajaron unos cuantos finales, de los que el elegido es probablemente inmejorable, triste pero a la vez realista. Hal B. Wallis, el productor de la Warner, fue la otra persona con la que Curtiz tuvo que discutir continuamente, sobre el guión, la fotografía, la música, los castings, pero con su perseverancia el director consiguió llevar la película exactamente por donde quería, aunque paradójicamente a posteriori su labor en el film fuese ninguneada por Wallis y los guionistas.

¿Cuánto pasará hasta que vuelvan a darle el óscar a una película que me provoque las sensaciones que ésta lo hace? Eso nadie puede saberlo, pero no sería muy descabellado pensar que eso no ocurriese nunca más. En cualquier caso, siempre nos quedará Casablanca, con Bogart y Bergman en el café de Rick, con la sombra de Laszlo, mientras los demás intentan conseguir pasaportes a Lisboa, la antesala de América, huyendo del fascismo, el prefecto juega a la ruleta mientras hace la rosca a los alemanes, y Sam, en su eterno piano, sigue tocando la misma canción:

«Well, it´s still the same old story
A fight for love and glory
A case of do or die
The world will always welcome lovers

As time goes by
Oh yes, the world will always welcome lovers
As time goes by»

Sergio Vargas (Miradas de Cine)

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