miércoles, 12 de octubre de 2011

El apartamento, Billy Wilder, 1960


Título Original: The Apartment
Director: Billy Wilder
Guión: Billy Wilder y I.A.L. Diamond
Música: Adolph Deutsch
Fotografía: Joseph LaShelle (B&W)
Productora:
País: Estados Unidos
Año: 1960
Género: Comedia
Duración: 125 min.
Reparto: Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Fred MacMurray, Ray Walston, Edie Adams, Jack Kruschen, Joan Shawlee, Hope Holiday, David Lewis, Naomi Stevens, Johnny Seven, Joyce Jameson, Willard Waterman, David White, Edie Adams


La acción se sitúa en Navidad. C.C. Baxter (Jack Lemmon), empleado de la compañía de seguros Consolidated Life, asciende gracias a prestar su apartamento a su jefe, el director del departamento de personal Jeff D. Sheldrake (Fred MacMurray), casado y con dos hijos, y a la ascensorista Fran Kuberlik (Shirley MacLaine) que intenta suicidarse cuando es abandonada. Baxter lo impide y da lugar a una relación entre ellos.


Gratamente impresionado por su primera colaboración juntos en Con faldas y a lo loco, el director y guionista Billy Wilder prometió a Jack Lemmon que crearía un papel específicamente diseñado para que éste pudiera desplegar todos los registros de su talento. El resultado fue El apartamento (1960), una crítica agridulce de la laxitud moral que reinaba en la jungla empresarial de la Norteamérica contemporánea, de la que, una generación más tarde, se haría también eco Oliver Stone en Wall Street (1987).


Muy respetado por su habilidad para crear tanto duros dramas como atrevidas comedias, Wilder combina ambas en El apartamento, aprovechando el sentimiento de proximidad que despiertan entre el público los tres principales intérpretes -asociados normalmente con la comedia ligera para conducir al espectador hacia una visión desoladora y dramática de las relaciones sociales. Pocas veces ha sido utilizada con mayor destreza la simpatía innata de Lemmon, que, a su vez, es hábilmente complementada por la vapuleada fragilidad de MacLaine y por la afinidad, hasta entonces apenas explotada, entre MacMurray y el prototipo del canalla típicamente norteamericano. Este último, que ya había trabajado con Wilder en Perdición (1944), fue una opción de última hora al fallecer Paul Douglas durante el período de preproducción.


Caracterizada en todo momento por un tono compasivo y lleno de emoción, Wilder elude en esta película esa áspera amargura de la que, en ocasiones, era capaz (véase Bésame tonto [Kiss Me Stupid], 1964), para lograr la que quizás sea la película de mayor resonancia emotiva de toda su carrera y, ciertamente, una de sus obras más populares. Situada en la lista de las diez producciones más taquilleras de 1960, fue nominada para diez premios de la Academia, y, con ella, Wilder obtuvo la tripleta de mejor película, mejor director y mejor guión (este último escrito en colaboración con I. A. L. Diamond). El triunvirato formado por Wilder, Lemmon y MacLaine volvería a reunirse en Irma la dulce (Irma La Douce, 1963).

Allan Hunter, Los clásicos del cine

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