sábado, 10 de diciembre de 2011

Augusto Monterroso - Monólogo del Mal

Un día el Mal se en­con­tró frente a frente con el Bi­en y es­tu­vo a pun­to de tragárse­lo para acabar de una bue­na vez con aque­lla dis­pu­ta ridícu­la; pero al ver­lo tan chico el Mal pen­só:

“Es­to no puede ser más que una em­bosca­da; pues si yo aho­ra me tra­go al Bi­en, que se ve tan dé­bil, la gente va a pen­sar que hice mal, y yo me encogeré tan­to de vergüen­za que el Bi­en no des­perdi­cia­rá la opor­tu­nidad y me tra­gará a mí, con la difer­en­cia de que en­tonces la gente pen­sará que él si hi­zo bi­en, pues es difí­cil sacar­la de sus moldes men­tales con­sis­tentes en que lo que hace el Mal es­tá mal y lo que hace el Bi­en es­tá bi­en.”

Y así el Bi­en se salvó una vez más.

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